Los alumnos de primero, segundo y tercero de ESO han realizado la semana de inmersión lingüística en Robledo de Fenar. A lo largo de cinco días han realizado diversas actividades como la visita al Museo de la Fauna Salvaje, realización de escalada, senderismo o la visita a la ciudad de León. También han dedicado algunos espacios de la jornada a actividades de clase. Todas estas actividades han estado supervisadas y realizadas por monitores nativos para mejorar su conocimiento de la lengua inglesa.
El 9 de abril, cuarenta y un alumnos de 1º, 2º y 3º ESO comenzaron el tercer trimestre de una manera diferente: participando en la semana de inmersión lingüística en inglés. Llegaron al instituto con una mezcla de emoción, nervios, ganas de pasárselo bien y también algo de sueño. A las 10:30 pusimos rumbo a Robledo de Fenar, en la provincia de León. Allí nos recibieron algunos de los monitores nativos que les iban a acompañar durante la semana. Después de tomar buena nota de las normas, los campers se fueron acomodando en sus cabañas de madera y, sin un respiro, llegó la hora de comer. Por la tarde, conocieron a estudiantes de otros centros y tuvieron una sesión de taller de inglés. Tras caer el sol, su espíritu bailarín se apoderó de sus caderas y participaron en una reñida batalla de baile con los alumnos de otros centros.
El martes los tejados nevados nos dieron los buenos días y, con esta estampa tan idílica, hicieron una ruta por la montaña hasta un refugio cercano. El Museo de la Fauna Salvaje los recibió por la tarde y allí descubrieron especies de diferentes partes del mundo… ¡a tamaño real! Al caer el sol, disfrutaron de una yincana y algunos hasta se disfrazaron.
El miércoles nuestros alumnos recorrieron las calles de León con dos monitores estadounidenses y uno australiano. Conocieron los monumentos más emblemáticos de la ciudad y visitaron la catedral con una audioguía en inglés. Para muchos, una buena manera de experimentar por primera vez qué se siente al viajar y descubrir nuevos lugares en otro idioma. Además, recordaron lo aprendido en la asignatura de Historia y supieron identificar en la Pulchra Leonina lo aprendido en clase. Alguno incluso verbalizó eso de “pues sí que sirve para algo lo que aprendemos en el insti”. En la velada del ecuador de la semana, compitieron en un talent show en el que por grupos demostraron todo su talento.
Ya en la recta final del viaje, sacaron su parte más aventurera y el jueves se iniciaron en la espeleología, el tiro con arco y la escalada. Tras la adrenalina de la mañana, les vino fenomenal pasar una tarde tranquila con los monitores en el taller de inglés y reponer fuerzas. Ya con las pilas cargadas, lo dieron todo en una noche de despedida muy discotequera.
El viaje ya llegaba a su fin y, como broche final, visitaron las espectaculares cuevas de Valporquero el viernes por la mañana. Después de la comida y con la maleta llena de nuevas experiencias (mucha ropa sucia y algún calcetín de menos), tocaba ya regresar a casa y contar lo vivido a sus familias.
Fue una semana que no solo sirvió para practicar inglés con personas de diferentes países de lengua inglesa y saber que el acento de Texas no es precisamente fácil de entender, sino que también dio pie a fortalecer y establecer nuevos lazos entre ellos, aprender a convivir, darse cuenta de que se puede vivir sin móvil, demostrar compañerismo y hacer que las profesoras que los acompañamos nos sintiéramos orgullosas de ellos. Además, no hay que olvidar que con este tipo de actividades fomentamos el interés por otros idiomas y culturas. And that’s all, folks!